Conseguir la igualdad de hombres y mujeres es una actuación estratégica dentro de la sociedad, siendo la universidad un ámbito especialmente relevante desde el que se pueden llevar a cabo estas actuaciones.

La Universidad de Sevilla tiene un fuerte compromiso en materia de Igualdad y un convencimiento firme de que crear oportunidades para la igualdad, no es sólo una cuestión de justicia social, sino que incluye acciones que mejoran el funcionamiento y representa un factor de calidad, modernización y excelencia centrada en las personas.

Son fines comunes a todas las universidades la formación de profesionales, la creación y transferencia del conocimiento, la promoción de la cultura, etc., por lo que la introducción de la perspectiva de género en todas las actividades universitarias produce un efecto multiplicador que impregnara en nuestra sociedad y la hará avanzar más rápidamente hacia una sociedad más justa y equitativa.

Las actividades de las organizaciones, al acoger a profesionales formados y sensibilizados en temas de igualdad, darían un importante giro en los objetivos y formas de hacer de las mismas. Por otro lado, la universidad, en tanto que organización laboral, también debe ser un referente en materia de igualdad, poniendo en marcha actuaciones que reduzcan la desigualdad, tanto horizontal como vertical, y dotando de recursos que favorezcan la corresponsabilidad y conciliación de la vida laboral y personal como mecanismos efectivos, entre otros, de avanzar hacia la igualdad.

Nuestro marco normativo establece la obligación de los poderes públicos de garantizar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y se considera que la estrategia para ello es la transversalidad de género. Desde distintos ámbitos (europeo, estatal o autonómico) se reconoce que las desigualdades entre mujeres y hombres se produce en distintos contextos y de manera recurrente, y que dicha desigualdad está arraigada en las estructuras y dinámicas sociales, por lo que se entiende que para superarla debe irse más allá de acciones puntuales. Deben instaurarse, por tanto, actuaciones que supongan realmente una estrategia transversal, que impliquen una acción integral desde distintos ámbitos y representen un cambio estructural. Sólo mediante esta estrategia transversal podremos conseguir cambios importantes en materia de igualdad.

Y para que dicho cambio sea posible, debemos contar con el compromiso, la implicación y participación de todas y todos. Porque todas y todos somos parte del cambio.